lunes, 2 de mayo de 2011

La prosa sin fin...



"A usted, que es como mi padre en la literatura...
Jamás, olvidaré sus libros que marcaron mi tendencia a éste, que es el oficio que compartimos..."


"A usted, que junto a sus escritos, no merece vivir 100 años, sino eternamente..."


Ernesto Sábato

Les aseguro que todos sus escritos han de constituir una prosa sin fin, que nada, ni siquiera la muerte que tanto tememos, hará de callar la firme y fuerte voz de este hombre que condujo muchas de mis palabras atragantadas al papel.
Te lloro Sábato, Te lloro y te sufro, porque ahora es cuando más necesitamos gritar todas aquellas cosas que el mundo completo parece olvidar, ahora, cuando el cielo parece necesitar de nosotros, los escritores, la tierra ha vuelto a temblar porque pierde uno más.
Ernesto, Estimado señor de la palabra, siempre lamenté el infortunio de no encontrarme con un ser como usted a la vuelta de la esquina, o en el café menos concurrido de la ciudad, siempre lamenté no poder platicarle todas aquellas intenciones que por mi mente vagaron y que finalmente acabaron en un papel. No logro conformarme con su pérdida, y segura estoy de no acostumbrarme a la ausencia de lo elocuente, pero a la vez elegante de sus palabras.
Llenó mi mente de imaginación, repletó mis tardes de infancia y juventud con sus flamentes obras, aún cuando pensaba que no volvería a escribir, usted hacía presente uno de sus más fuertes gritos de aliento a través de todas aquellas frases memorables, que lo hicieron ser quién es y quién será.
Estimado colega, en este mismo instante se debe estar terminando de escribir un libro con lágrimas, un libro que no ha de ser cualquiera, un libro que habla de su paso por esta vida, su paso jamás indiferente, el que logra hacer de la prosa de su vida, una prosa eterna; una prosa sin fin.

Viaje al alma.

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