domingo, 29 de noviembre de 2009

5 minutos más (Justificados)


"He aquí uno de los últimos microcuentos, nacido en uno de los escasos momentos fugaces que ágilmente no dejé escapar..."

Amanece en Santiago, y tras la cortina de una delirante habitación veo un nuevo día venir.
Tú duermes, y mientras, yo pienso en que probablemente tus amaneceres son un poco más helados allá en el sur.
Es temprano, y tus requerimientos personales te presionan a estar ya en pie, pero yo sin querer incomodarte, ni despertarte de ese sueño profundo (prueba de una noche agitada),
me volteo para abrazarte más. El reloj ya sonó, pero yo no te desperté, ansío 5 minutos más. Después de todo, no te volveré a ver hasta tu nuevo “supuesto viaje de negocios”.


Viaje al Alma

martes, 24 de noviembre de 2009

Eternidad


"A la insistencia de los hechos fríos y amargos..."

"Para el gigante labrador que gusta de mis relatos."


Ahora si que me aferro a esto. Cada y una vez más, es inevitable. Se vuelve adictivo, más cuando se cree que estas líneas al fin y al cabo, tendrán algo más de seguridad que quién las escribe.

Nace, a cada segundo, en mi una incógnita nueva relacionada a lo mismo: ¿Por qué escribo esto?, y la respuesta sigue siendo la siguiente; vacilo cadenciosa en este pequeño, pero de gran intensidad: huracán. Es una especie de movimiento de vaivén en el que me sumerjo, para lo cual una es una la solución y la cito : "Encuentra el centro y podrás tener paz."

Si no fuera tan sólo por que la cita me parece una realidad atrapada en las garras de la tan temida (por mi) eternidad. No será, y cito nuevamente: "De 6 son 6 los que olvidan", aunque no sé bien que quisiera olvidar.

Son estas pulgas, garrapatas y piojos las que pican en tu alma y provocan estas confusas percepciones de lo que todo el mundo llama vida, aunque para muchos sea la muerte misma.

Es una sinfonía agridulce, que sin lo dulce detestaría y sin lo amargo, no habría de conocer lo dulce. Parece entonces ahora, que reitero mis dichos pasados, pero sin ser aquel el problema, me es un problema.

No hay límites para el sabor amargo en tu garganta y aquí, por fin el problema: "Dimensión de tiempo". Entonces ¿Cómo y de dónde sacar la energía necesaria para darle cuerda a lo dulce, si no soy capaz de detener un segundo aquella amargura incrustada en mi paladar?

Se necesita ser cretino, pero ser cretino: Amor cretino, amigo cretino, padre cretino, cretino cretino, en fin... "vida cretina". Lanzárse a la vida pensando en el sí, aunque la cotidianidad misma se encargue de gritarte el NO al oído(y en el sentido contrario también, si así lo prefieres). Y como si fuera poco, es esta realidad, la que hace de su crueldad la más cruda e inexistente en el vivir de nadie; la pega a tu espalda para que sigas sintiendo el peso que ésta contrae.

Si es verdad que todo, pero absolutamente todo, pasa en esta vida, explíquenme ¿Quién demonios inventó la palabra ETERNIDAD?


Viaje al alma.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Invasión Celestial


Tras el gran paso dado, y antes temido, es que ahora me encuentro en esta posición:
Escucho mi vida; siento que la dirigen, pero con mi consentimiento. Y cómo si esto fuera poco, luce como si no hubiera mal que por bien no venga. En fin, estoy invadida.

Es aquella figura celestial, la que funciona como guía, como gran referente y además pilar de acero inoxidable del cuál sin duda alguna, me aferro para no desvanecer. Es una voz que se manifiesta de distintas formas, pero todas relacionadas a aquellas, que como si esto fuera poco, sabe muy bien que son parte de mi devoción: "Las letras". Es por eso que a veces escucho, otras leo y en algunos casos observo, todo aquello que sirva o funcione como tablero de direccion, siempre indicando la ruta que debo tomar.

Cielos, es así, el paisaje que me rodea, ahora, está única y solamente reducido a cielos, que cuando se apagan, en menos de dos segundos una sutil nube se encarga de guaracerme, hasta que sea nuevamente evidente un nuevo rayo de luz.

Lo tengo todo, tan sólo al tener como refugio dicha celestialidad, efecto del paso anteriormente temido. Sin duda, hay que hacerle entender a la humanidad que aquel miedo del cual fui tambien una víctima, podría liberarnos de las más repetidas en insolvibles incógnitas. Sólo para saber que en vida tambien podemos sentirnos en medio de una gran y divina "Invasión Celestial."